El proceso de congelación de óvulos, también conocido como criopreservación de óvulos, implica varios pasos y se realiza generalmente para preservar la fertilidad en mujeres que desean posponer la maternidad o que enfrentan circunstancias médicas que podrían afectar su capacidad reproductiva en el futuro. Aquí está un resumen del proceso y las consideraciones asociadas:

  1. Evaluación Inicial: Un especialista en fertilidad realiza una evaluación de la reserva ovárica de la mujer. Esto generalmente implica análisis de sangre y ultrasonido pélvico para determinar la cantidad y calidad de los óvulos disponibles.
  2. Estimulación Ovárica: Si la evaluación es favorable, se procede con la estimulación ovárica. La mujer recibe medicamentos hormonales inyectables para estimular sus ovarios a producir múltiples óvulos maduros en un solo ciclo menstrual. Esta etapa dura alrededor de 8-14 días.
  3. Aspiración de Ovocitos: Una vez que los folículos ováricos han alcanzado la madurez adecuada, se realiza un procedimiento de aspiración de óvulos. Bajo sedación, se extraen los óvulos y el líquido circundante a través de una aguja fina insertada en los ovarios. Este proceso generalmente se realiza mediante una punción vaginal.
  4. Criopreservación por Vitrificación: Los óvulos extraídos se someten a un proceso de vitrificación, que es un enfriamiento ultra rápido en nitrógeno líquido para evitar la formación de cristales de hielo que podrían dañar las células. Los óvulos se almacenan en estado congelado a temperaturas muy bajas.
  5. Descongelación y Fertilización: Cuando la mujer está lista para usar los óvulos congelados para concebir, los óvulos se descongelan y se someten a un proceso de fertilización. Los óvulos se fertilizan mediante inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI), donde se inyecta un espermatozoide directamente en cada óvulo.
  6. Cultivo de Embriones y Transferencia: Los óvulos fertilizados se cultivan en el laboratorio hasta que se convierten en embriones de calidad. Luego, uno o más embriones se transfieren al útero de la mujer en un intento de lograr el embarazo. Esto generalmente se realiza en un plazo de 3 a 5 días después de la fertilización.

Es importante tener en cuenta que aunque la congelación de óvulos puede aumentar las posibilidades de preservar la fertilidad, no garantiza un embarazo exitoso en el futuro. Las tasas de éxito varían según la edad de la mujer en el momento de la congelación y el número de óvulos disponibles. También es fundamental comprender que cada caso es único y que los resultados pueden variar.